Corría el año 1985, en Estados Unidos gobernaba Ronald Reagan y en la URSS, Mikhail Gorbachov. Era la época dura, en plena batalla armamentista, Reagan amenazó con construir un sistema de defensa contra misiles, que lo dejaría inmune a la amenaza nuclear soviética. Esa amenaza se sustentaba en la superioridad tecnológica de los EE.UU. Ocurrió que el Secretario de Estado de EE.UU era George Schultz, un exprofesor de economía de Stanford. Schultz logró tener con Gorbachov una relación cercana y de confianza.
Fue justamente a propósito de esta confianza que empezó a realizar unos seminarios de economía a Gorbachov y sus cercanos. El argumento central que planteó Schultz era que la URSS estaba condenada a quedar atrás con respecto a las economías desarrolladas de Occidente, debido a la falta de libertad para moverse, emigrar y, por lo mismo, conocer e integrar el conocimiento que se creaba en otros lugares. Ello dejaría al modelo soviético limitado a los desarrollos que pudiera realizar dentro de sus propias fronteras y dentro de su sistema económico. Se cuenta que Schultz estuvo años dando estos seminarios a Gorbachov y sus asesores. El presidente soviético fue notablemente receptivo a las ideas de Schultz, algunas de las cuales quedaron reflejadas en su libro Perestroika. El resto de la historia es conocida, Gorbachov permitió la apertura de los países que formaban parte de la cortina de hierro y el sistema de planificación central soviético desapareció.
La transformación digital está implicando un desafío mayor a todas las empresas. Hasta hace poco, el desarrollo tecnológico pasaba por adoptar tecnología de vanguardia: el camino para transformarse en una empresa del primer mundo pasaba entonces por adoptar las herramientas tecnológicas del primer mundo.
Tal cual.
Las compañías eliminaban todos sus desarrollos legados y compraban SAP. Con eso tenían el estándar tecnológico que buscaban y estaría todo resuelto. Eso funcionó bien por un tiempo, SAP era muy superior, más versátil y confiable que los sistemas a los que reemplazó.
El problema es que ahora las empresas ya no pueden resolver todos sus desafíos tecnológicos paseando por la estantería de SAP.Igual que la URSS, estas no pueden esperar que sus expectativas tecnológicas y sus estrategias de negocio sean resueltas por un único proveedor.
¿Por qué no?
Por la misma razón que comprendió Gorbachov: fuera del entorno restringido del gran proveedor que es SAP, se está desarrollando un enorme ecosistema de innovación digital. Enorme y versátil. Hay desde empresas que han creado aplicaciones simples, amigables y económicas que se implementan con rapidez, hasta aplicaciones de código abierto a las que se accede gratuitamente. Todo ese ecosistema es una oportunidad para aquellas compañías que necesitan calidad, velocidad y costos. Es importante y no puede ignorarse sin sufrir pérdidas que pueden llegar a ser muy significativas.
El desafío de las empresas frente a la necesidad de la transformación digital, es un desafío de INTEGRACIÓN.
Por un lado, está SAP (o su ERP) como core digital. Una especie de motor de procesos de negocio que debería ser un integrador de documentos logísticos y financieros. En ese sentido, es el primero y el elemento central de la arquitectura tecnológica de una empresa en el marco de la economía digital.
Sin embargo, existe un segundo grupo de elementos a integrar; las aplicaciones digitales. Como ya dijimos, hay un enorme mercado de nuevas aplicaciones que comparten el hecho de ser livianas (casi autoimplementables), económicas y muy amistosas para un usuario final. La cantidad es tal, que es posible encontrar herramientas que se adaptan desde el principio al tipo de negocio de cada empresa, sin la necesidad de recurrir a una mega aplicación que lo haga a través de configuraciones y largos proyectos de implementación.
Un tercer elemento, probablemente el más estratégico, es el desarrollo digital. Este desarrollo es la respuesta personalizada de la empresa a una estrategia de negocios propia. Esta desarrolla o encarga a un proveedor de tecnología una aplicación para su uso exclusivo. La oportunidad que se presenta entonces es la enorme cantidad de herramientas de fácil y económico acceso que están entregando los clouds públicos, desarrollos pueden incorporar tecnología de punta rápidamente y a costos relativamente bajos.
El punto es que todos estos elementos deben ser integrados, lo que crea la necesidad de un integrador digital. Él debe garantizar, mediante procesos operacionales y desarrollos propios, que las tres capas: core digital, las aplicaciones y los desarrollos digitales operen dentro de la empresa de una manera transparente e integrada.
Son nuevos tiempos, pero la necesidad de incorporar eficientemente el conocimiento que está repartido en el mundo viene desde hace mucho.
En Novis estamos desarrollando el modelo de integración digital que acompañe los proyectos de transformación digital.
Feedback/discusión con el autor: patricio.artiagoitia@noviscorp.com, Director ejecutivo Novis
Invitamos a todos los clientes de SAP en Iberoamérica a conversar de sus proyectos.
Por favor contáctenos para que podamos asesorarle.
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